martes, 26 de noviembre de 2013

Top 8 Hoteles del Amor en España (para practicar sexo)

Hoteles del amor... para practicar sexo

¿Quién dijo que el amor (y/o sexo) furtivo tenía que confinarse en cuchitriles lóbregos e insalubres? Los 'love hotels' han desbancado a las casas de citas y 'meublés' de los años 50. Más refinados y equipados que nunca, ofrecen privacidad y discreción a las parejas que quieren disfrutar de encuentros sexuales sin sobresaltos.









Atrás quedaron las casas de citas sórdidas y escondidas para encuentros fugaces. Los love hotels u hoteles del amor (¿No querrán decir sexo?) tienen el mismo fin que sus predecesores pero se han refinado y están equipados con camas redondas, jacuzzis, TV con infinidad de canales -no precisamente de documentales- y un largo etcétera. Las habitaciones se alquilan por una, dos, tres, cuatro horas o la noche entera (si es de los fogosos). Además, en estos establecimientos prima la discreción y se evita al máximo el contacto entre huéspedes.
Aunque un reciente estudio de la web AshleyMadison.com revelaba que los hoteles céntricos eran los preferidos por los más promiscuos para dar rienda suelta a la libido, lo cierto es que este tipo de establecimientos prolifera por toda nuestra geografía. Estos son ocho hoteles donde Morbo se escribe -y se practica- con mayúsculas.

1. Zouk Hotel (Madrid)

Es teclear «hotel» en Google y ahí está, sin disimulo ni rubor, el hotel más solicitado por los amantes patrios. El Zouk Hotel, uno de los puntos de la A-2 más visitados -aunque pocos reconozcan haber pasado por él-, pone a su disposición un check-in sin necesidad de bajar el coche, suites con jacuzzi y piscina, juguetes eróticos, un servicio de habitaciones intachable, mariscada servida en su habitación... Desde 54 euros.

2. Luxor (Barcelona)

Habitación estándar del Luxor.
Este hostal por horas de la Ciudad Condal cuenta con tan solo cinco habitaciones, todas ellas pensadas para pasar una velada sensual en pareja o en ménage à trois (cada persona adicional tiene un cargo de 10 euros). Para reservar en el Luxorbasta con aportar su nombre o apodo y pondrán a su disposición las habitaciones estandar o superiores con jacuzzi. Desde 30 euros la primera hora.

3. Open Atic (Málaga)

Poco le importará a los amantes fugaces que el Open Atic haya sido decorado bajo premisas zen y wabi sabi. Pero lo cierto es que este love hotel intenta proporcionar un ambiente más hogareño y acogedor, pues se trata de un ático con terraza íntimo y confortable. A 10 minutos del centro de Málaga, dispone de bebidas incluidas en el precio y de un estudio con acceso a Internet gratis. A partir de 30 euros la primera hora.

4. Punt Catorze (Barcelona)

Luces tenues en Punt Catorze.
Por la autovía de Castelldefels se llega a este motel de lujo con jardín a la entrada y habitaciones equipadas con carta de productos eróticos donde, sí, también dejan espacio al romanticismo. Podrá reservar una habitación estándar, superior, suite o gran suite, cada una decorada con distintos -y sobrios- colores y sugerentes juegos de espejos. Desde 48 euros.

5. Los Peñascales (Madrid)

A los servicios propios de estos establecimientos, el motel Los Peñascales añade saunas en sus habitaciones. Situado en la A-6 a la altura de Las Rozas, dispone también de acceso privado al garaje y a la habitación, servicio de cafetería y habitaciones 24 horas, wifi gratis, canales privados de TV... Desde 50 euros las cuatro primeras horas.

6. HRegás (Barcelona)

Discreta entrada al HRegás.
Un aire afrancesado elegantemente coquin da la bienvenida a los huéspedes que se acerquen hasta el centro de la Barcelona de los negocios, entre Balmes y Gala Placidia. ElHRegás ofrece habitaciones con baño, cómodas, climatizadas y, muy importante, insonorizadas. Este hostal ofrece estancias a partir de cuatro horas y no hay límite de tiempo máximo. Desde 49 euros.

7. Al-Kalat (Sevilla)

Este hotel de cuatro estrellas en Alcalá de Guadaira ofrece suites temáticas, habitaciones con velas aromáticas, servicio de floristería, carta de bebidas, comidas y postres... Además, cuentan con la modalidad siesta para estancias inferiores a cuatro horas y suites para cuatro personas. Desde 60 euros.

8. La França (Barcelona)

Recepción de La França.
En el Poble Sec, La Franca es el más grande de la ciudad. Y aunque ha superado el medio siglo, se mantiene en plena forma: abre 365 días al año, las 24 horas. Cuenta con cuatro pisos, más el garaje de 74 plazas (una para cada habitación). Reformado por el prestigioso decorador Lázaro Rosa, La França presume de altas dosis de diseño y habitaciones sofisticadas pero informales. Desde 45 euros.

martes, 22 de octubre de 2013

Los genitales femeninos reaccionan a estímulos sexuales más diversos



Mucho se ha hablado de la diferencia entre hombres y mujeres con respecto al sexo, y especialmente lo que tiene que ver con excitación y respuesta sexual. Un ejemplo de ello, fue la pasada publicación en la revista 'Cortex' sobre cuáles eran las zonas preferidas por hombres y mujeres para excitarse. Pese a todo lo comentado hasta el momento, hay cosas que van más allá y que ya están probadas científicamente. Como que los hombres alcanzan niveles absolutos más altos de excitación o que las mujeres responden a un espectro más amplio de estímulos sexuales.
Así, lo asegura a ELMUNDO.es el químico, escritor y divulgador científico Pere Estupinyà, quien alude a los estudios y experimentos de la conocida investigadora Meredith Chivers (tal como puede leerse en su último libro, 'S=EX2, La ciencia del sexo',) para explicar estos hallazgos sobre la concordancia sexual.
Eso sí, matiza el experto que "lo primero que debemos hacer es asumir que excitación mental y excitación física no siempre coinciden". Es decir, te puedes sentir excitado pero tus genitales no lo están (es el caso de algunas disfunciones sexuales, como por ejemplo en el caso de los hombres la disfunción eréctil). O bien al contrario, por ejemplo, "cuando alguien observa una escena erótica y dice que no le gusta por inapropiada, pero sus genitales reaccionan estimulándose. En hombres es más fácil de percatarse porque la erección se nota, pero algunas mujeres pueden no darse cuenta de la activación de sus genitales". Y esto último es precisamente lo que Chivers y su equipo han demostrado experimentalmente.
"Los genitales de la mayoría de hombres heterosexuales no se excitan al ver imágenes de sexo entre dos hombres, en cambio sí lo hacen los genitales de algunas mujeres heterosexuales, a pesar de decir sentir reparo ante, por ejemplo, la visión de escenas lésbicas. Esto no implica bisexualidad encubierta, sino que la explicación más clara es que las mujeres suelen sentir más empatía al ver el placer femenino. Es decir, que una mujer está viendo cómo otra persona (hombre o mujer) está sintiendo placer y eso les excita. Puede ser que mentalmente, les desagrade la manera con el que lo está obteniendo y juzguen la escena como no erótica porque ellas no quisieran practicarla. Pero al empatizar con el gozo sexual de las personas que están viendo sus genitales sí reaccionan", manifiesta Estupinyá quien ya aseguró recientemente a este periódico que efectivamente, las mujeres responden a un espectro más amplio de estímulos sexuales que los hombres, y una muestra de ello, era precisamente esto, las imágenes entre personas del mismo sexo.
A parte de este hallazgo, explica este experto, el experimento de Chivers consistió en mostrar muchos tipos diferentes de estímulos eróticos a hombres y mujeres y observó que, independientemente de si se sentían mentalmente excitadas o no, los genitales femeninos solían reaccionar a estímulos más diversos que los hombres. En general, "los hombres tienen valores absolutos más altos de excitación, pero las mujeres mayor diversidad", afirma.

Diversidad de estímulos

Del mismo modo, Francisca Molero, médico, sexóloga y directora del Instituto de Sexología de Barcelona, argumenta la gran variabilidad de estímulos sexuales que tienen las mujeres. "La respuesta fisiológica de excitación femenina, es decir, el aumento de lubricación, la hinchazón de los genitales etc. ocurre con una gran variabilidad de estímulos, sobre todo relacionados con la acción, con escenas de actividad sexual, aunque la mujer no interprete esos cambios fisiológicos de sus genitales, como excitación".
Todo esto, añade, también lo avala el llamado síndrome de la excitación sexual persistente donde una de sus características era que la mujer interpretaba como intrusivo o no deseado los cambios de excitación genital, "mientras que en el caso de los hombres, notan un cambio genital, una erección y simplemente lo evalúan y lo valoran como excitación".
Pero, a pesar de todo esto, esta especialista mantiene que debemos ser cautos con afirmar según qué cosas. Por ejemplo, no podemos decir que las mujeres responden sexualmente más a los estímulos de intimidad que los hombres, ni tampoco que las mujeres responden mucho menos que ellos a los estímulos visuales. "Todo es cuestionable, ya que depende del momento, del ciclo vital de la persona, de su historia de vida etc. La sexualidad de las personas está condicionada por el entorno sociocultural y el momento histórico en que se encuentran", aclara Molero. Lo que sí está claro y es totalmente objetivo, afirma, es la gran variabilidad de estímulos a los que responde la mujer, tal y como científicamente ya se ha demostrado.
También es necesario puntualizar que hombres y mujeres pueden responder sexualmente igual a los mismos estímulos, aunque las caricias y 'el oído' son valorados por las mujeres como estímulos de gran calidad erótica. Y en el caso de los hombres, "los más valorados serían los estímulos más explícitos como por ejemplo, la visión de escenas sexuales", expone.
Sea como fuese, se dice que los hombres viven la sexualidad de forma más genital que las mujeres. Pero realmente es así, en términos generales, argumenta Estupinyà, ya que "las mujeres tienen más zonas erógenas y más sensibles. Hay muchos más casos de mujeres alcanzando orgasmos no genitales (acariciar pezones, por ejemplo) que de hombres". Y a pesar de que puede haber un tema biológico que explique estos hechos, lo cierto es que la cultura ocupa un papel muy relevante. "Los aspectos sociales, culturales, y sobre todo de aprendizaje durante la vida tienen una influencia enorme. Por ejemplo, los hombres que practican sexo tántrico son menos genitales que la mayoría de las mujeres", concluye.

viernes, 27 de septiembre de 2013

¡Comprobado por la ciencia! el amor a primera vista llega en 8,2 segundos


En el Reino Unido se ha llevado una interesante investigación que habla sobre el comportamiento humano y que se publica en el Archives of Sexual Behavior, la cual ha encontrado la duración exacta del tiempo que le lleva a un hombre caer enamorado a primera vista de una mujer: 8.2 segundos.

Para ello los investigadores llevaron a cabo un interesante experimento con un grupo de 115 estudiantes a quienes se les puso en contacto con actrices y actores, siendo vigilados por cámaras secretas que medían el tiempo de sus contactos visuales. Tras interactuar entre sí, se les preguntó a los estudiantes qué actrices eran las más atractivas y a las estudiantes qué actores eran los más atractivos.

Lo interesante es que las actrices calificadas como bonitas por los estudiantes habían sido observadas por al menos 8.2 segundos según lo que registraron las cámaras, mientras que a las demás sólo las habían observado durante no más de 4.5 segundos.

Sin embargo, lo mismo no ocurría con las estudiantes, quienes observaron a los actores durante períodos de tiempo similares.

Las conclusiones son interesantes, aunque algo dudosas ya que medir el amor es en teoría imposible, más aún cuando hoy, la ciencia todavía no ha dado con su origen exacto.

Observándolas desde un punto de vista estrictamente científico podemos comentar que las mismas aportan datos sobre las estrategias utilizadas para encontrar pareja por parte de los hombres; la vista parece ser primordial para nosotros.

martes, 27 de agosto de 2013

El sueldo de las personas sexualmente activas es más alto


Según un estudio llevado a cabo en la Universidad Anglia Ruskin (Reino Unido) basado en datos de 75.000 sujetos con edades comprendidas entre 26 y 50 años, las personas que mantienen relaciones sexuales 4 o más veces por semana cobran un sueldo más alto que los trabajores sexualmente inactivos. Concretamente el salario medio es un 5% más en los empleados sexualmente activos, independientemente de su educación y su profesión. 

Según concluye Nick Drydakis, coautor del trabajo, esto se debe a que la ausencia de sexo tiene un impacto negativo en la salud mental de las personas. "Si las necesidades básicas no están cubiertas, los seres humanos no pueden desenvolverse bien", explica Drydakis, que sostiene que si nos falta comida, bebida o sexo nos volvemos más vulnerables a "la soledad, la ansiedad social y la depresión, lo que repercute en la vida laboral". 

jueves, 11 de julio de 2013

¿Durarás con tu pareja? Pregúntale a tu cerebro



¿Será éste el hombre de tu vida? ¿Seguirá ella contigo dentro de tres años? Parece que la actividad del cerebro en la fase inicial de la relación puede predecirlo. Así lo cuenta un estudio publicado por un grupo de investigadores de norteamericanos y chinos en la revista Neuroscience Letters.
En su versión quizá menos romántica, el amor y las relaciones se han estudiado también desde la Neurociencia. Se sabe que se activan zonas distintas del cerebro en función del momento de la relación en el que se esté. Al principio, en la etapa de amor romántico más intenso, hay una mayor activación de las zonas cerebrales de la recompensa y la motivación, como el área tegmental ventral, en la que hay grandes concentraciones de dopamina. Una vez que se supera esa etapa, se encuentra también actividad en zonas como la corteza orbitofrontal medial y el putamen, más relacionadas con los vínculos sociales y sustancias como la oxitocina.
Hasta aquí los datos pueden resultar ilustrativos del hecho de que el amor, más allá de su concepción más abstracta, conlleva fenómenos cerebrales más o menos claros. Lo que resulta sorprendente es que la actividad cerebral en la fase inicial de una relación pueda predecir lo que sucederá con la pareja tras algo más de tres años.
En el estudio en cuestión, se realizó una exploración inicial con resonancia magnética funcional a un grupo de mujeres que dijeron estar ‘intensamente enamoradas’ de sus parejas en el momento del test. Exactamente 40 meses después volvió a contactarse con ellas para saber si su relación se había mantenido estable. En esta segunda fase, compararon a 6 mujeres que sí seguían con su pareja con otras 6 mujeres que habían roto.
El grupo que había roto su relación antes de los 40 meses había mostrado en la fase inicial una menor activación en la corteza orbitofrontal medial, el cíngulo derecho y el núcleo accumbens derecho, áreas relacionadas con el amor romántico a largo plazo y la satisfacción con la relación. La menor activación de estas áreas también se relacionó con menores puntuaciones de felicidad en la relación.
Según los autores, sus hallazgos podrían ser una evidencia preliminar de que las respuestas del cerebro en los primeros momentos del amor romántico pueden predecir la estabilidad de las relaciones y su calidad en los siguientes tres años.
Queda claro que, más allá de ser el generador de nuestras capacidades cognitivas, el cerebro es todo un experto en los afectos, los sentimientos y las emociones. ¿Será hora de sustituir la frase ‘Haz caso a tu corazón’ por ‘Haz caso a tu cerebro’?

lunes, 24 de junio de 2013

Tres cosas que te ayudan a mantenerte joven.




Felicidad. Todo lo que nos hace felices nos vuelve también más longevos. Uno de los primeros en probarlo ha sido Ruut Veenhoven, de la Universidad Erasmus de Rotterdam, que sugiere definir la felicidad como el “goce subjetivo de la vida cuando se evalúa globalmente”. Según concluía en un artículo publivado en Journal of Hapiness Studie, tras analizar 30 estudios científicos sobre el tema, este estado no solo prolonga la vida de las personas sino que además evita que contraigan enfermedades. Veenhoven lo atribuye a que la infelicidad crónica causa estrés, que a su vez reduce la capacidad de respuesta del sistema inmune cuando algo nos ataca. Sin obviar que las personas infelices son menos propensas a adoptar un estilo de vida saludable.

Éxito. El éxito también puede prolongar la vida. A partir de datos de más de 15.000 atletas, un estudio publicado en British Medical Journal concluía que los ganadores de medallas olímpicas viven por término medio 2,8 años más que sus compañeros, independientemente de si el metal que les cuelgan del cuello es oro, plata o bronce.

Optimismo y audacia. Un estudio publicado en mayo de 2012 en la revista Aging revelaba que es más probable que lleguemos a soplar 100 velas si somos optimistas, despreocupados, risueños y extrovertidos. Otro trabajo dado a conocer en The Journal of Neuroscience indicaba que los individuos más activos y audaces, que se sienten motivados a participar en todo tipo de actividades físicas y sociales, entre ellas deportes de riesgo, tienen una variante del gen del receptor de la dopamina –la hormona del placer- que les suele hacer llegar a nonagenarios.

miércoles, 15 de mayo de 2013

¿Por qué el arte causa placer?



Si te sientes decaído, prueba a darte una vuelta por una pinacoteca. Semir Zeki, experto en neurobiología y neuroestética del University College de Londres (Reino Unido), ha demostrado que contemplar una bella obra de arte produce en tan sólo 10 segundos un aumento inmediato del flujo sanguíneo en zonas del cerebro relacionadas con el placer. El efecto equivale a la sensación de estar enamorado. Concretamente, en un experimento con 28 sujetos sin conocimientos previos de arte, Zeki comprobó que las obras que más placer producen son las del paisajista inglés John Constable y las del pintor neoclásico francés Dominique Ingres.

Por otra parte, admirar una imagen artística acompañada de música clásica genera más respuestas emotivas que colocarse ante la misma pintura en ausencia de sonido, según revelaba una reciente investigación realizada en la Universidad de Zurich (Suiza). Algunos expertos sugieren que este efecto podría deberse a que la música y el arte pictórico están íntimamente ligados en el cerebro, aunque sólo las personas sinestésicas -que asocian percepciones de sentidos diferentes, por ejemplo escuchando colores u oliendo sonidos- son conscientes de esa conexión. De hecho el pionero del arte abstracto Wassily Kandinsky, que era sinestésico, dijo en cierta ocasión que tenía la esperanza de que sus cuadros pudieran "ser escuchados".

jueves, 25 de abril de 2013

Vivir en pareja reduce el riesgo de demencia




Estar casado o vivir en pareja reduce el riesgo de sufrir demencia y Alzheimer al envejecer en un 50 por ciento, según revela un estudio realizado por científicos suizos y finlandeses y publicado en la prestigiosa revista British Medical Journal. Los datos también indican que enviudar o divorciarse alrededor de los cincuenta años triplica las posibilidades de desarrollar demencia.

Según Miia Kivipelto, coautora del estudio, los resultados tienen un importante valor de cara a la atención médica primaria, y sugiere que un tratamiento preventivo en adultos que han perdido a su pareja podría reducir la incidencia del alzhéimer y la demencia, y evitar así que se cumplan los pronósticos de los expertos, que estiman que en 2040 habrá 81,1 millones de personas afectadas por estas enfermedades.

miércoles, 17 de abril de 2013

¿En qué zona del cerebro se encuentra el amor?



Que los sentimientos amorosos no se forman en el corazón sino en el cerebro, es algo que la ciencia ha demostrado hace tiempo. ¿Pero dónde exactamente? Científicos de la Universidad de Concordia, en Canadá, han dado con la respuesta. Y aseguran que prácticamente coincide con el área cerebral donde reside el deseo sexual.

Concretamente, a partir de veinte estudios independientes que examinaban la actividad cerebral de distintos sujetos mientras observaban imágenes eróticas o fotografías de sus seres queridos, Jim Pfaus y sus colegas han llegado a la conclusión de que tanto el amor como el deseo sexual activan áreas del núcleo estriado y de la ínsula. Sin embargo, las neuronas que se estimulan son ligeramente distintas. La región activada por el deseo sexual es la misma que se pone en marcha ante estímulos que causan placer inmediato como el sexo y la comida. Sin embargo, el área vinculada al amor está implica en procesos de condicionamiento mediante los cuales a aquellas cosas que nos generan una recompensa se les atribuye un valor, convirtiendo el deseo en amor.

Además, el amor activa también rutas en el cerebro que están involucradas en la monogamia. "Mientras el deseo sexual tienen un objetivo específico, el amor es más abstracto y más complejo, y no depende tanto de la presencia física de la persona hacia quien se profesa", aclara Pfaus, que añade que el amor es un hábito, "aunque no malo", que nos vuelve "cerebralmente adictos".

martes, 9 de abril de 2013

El primer amor



Los jóvenes sufren los primeros embates amorosos sin previo aviso: chicos antes bobalicones sienten una pulsión libidinosa hacia el otro sexo y chicas hasta entonces angelicales se convierten en Lolitas electrizantes. Son certificaciones de que la infancia toca a su fin.

En el camino hacia la ansiada madurez, la pubertad -la fase inicial de la adolescencia- representa el campo experimental para los amores románticos, la época en la que no cuentan las experiencias de segunda mano, en la que el cierre del sujetador es todo un misterio, la saliva nunca volverá a fluir como en el primer beso con lengua, el roce con la piel del otro cortocircuita los sentidos y cada grano de acné se convierte en motivo de una crisis existencial.

Sin duda alguna, la pubertad es una época de profundos cambios, tanto en chicos como en chicas, que afectan en ambos casos a todo su cuerpo, a su modo de pensar, a su mundo de relaciones y a su propia identidad. La sexualidad, hasta ahora aletargada, adquiere también una nueva dimensión. El aumento de ciertas hormonas en sangre se traduce en un incremento del impulso erótico y sume al joven en un estado de emergencia emocional. De forma inexorable, el cerebro y los productos endocrinos dirigen a los inocentes púberes hacia el extraordinario e irrepetible acontecimiento: el primer amor.

Nuevas investigaciones confirman que los adolescentes descubren a una edad cada vez más temprana la pasión, el deseo y el placer sexual. Normalmente, suelen tener la primera experiencia erótica, con o sin penetración, al filo de los 15 años de edad. Así lo confirma la Encuesta sobre sexualidad y anticoncepción en la juventud española realizada el año pasado por los laboratorios Schering: el 79,2 por 100 de los chicos y el 71 por 100 de las chicas de entre 15 y 19 años han mantenido un encuentro erótico en alguna ocasión.

Las españolas nacidas en los años 50 perdían la virginidad con 23,2 años por término medio. En las venidas al mundo entre 1971 y 1975, la media ya se situaba en los 20,1 años. Hoy, diversos estudios realizados en nuestro país indican que más del 15 por 100 de las quinceañeras ha mantenido una experiencia coital. Esta tendencia se acentúa en los adolescentes masculinos: entre las décadas de los cincuenta y setenta, la edad de iniciación sexual entre los chavales bajó de los 20,2 a los 18,7 años. En otros países occidentales la precocidad resulta más acusada: por ejemplo, la octava parte de los catorceañeros alemanes perderá la virginidad este año y el 6,6 por 100 de los escolares estadounidenses ha hecho el amor a los 13.

Varios informes sexológicos sostienen que los adolescentes entran antes en la pubertad biológica. De mantenerse esta querencia, el doctor Norbert Kluge, de la Universidad de Koblenz, en Landau (Alemania), calcula que en 2010 habrá niños de 10 años preparados psíquica y físicamente para mantener relaciones sexuales. Los expertos especulan sobre las posibles consecuencias: los métodos anticonceptivos y los embarazos no deseados adquirirán cada vez mayor importancia entre los púberes.

Un repaso a las estadísticas corroboran las previsiones. Mientras que la tasa anual de embarazos entre las adolescentes españolas está en 18.000 casos, la cifra de interrupciones voluntarias del embarazo no ha hecho más que aumentar en el último quinquenio. "Ciertamente, el porcentaje de abortos en las jóvenes es muy alto. Entre el 50 y el 70 por 100 de las chicas que se quedan embarazadas en una relación esporádica optan por abortar", comenta el doctor Javier Martínez Salmean, jefe del Servicio de Ginecología-Obstetricia del Hospital Severo Ochoa, en Madrid.

No cabe duda de que la anticipación de la pubertad guarda una estrecha sintonía con el afloramiento del amor erótico. "Nuestros chicos y chicas completan el desarrollo físico dos años antes que los jóvenes de hace tres décadas", asegura la psiquiatra Lynn Ponton, autora del libro The Sex Lives of Teenagers. Sin ir más lejos, la menarquia o primera menstruación se ha adelantado notablemente; así, ha pasado de los 17 años como media en el siglo XIX a los 12,6 en el siglo XXI.

La interacción entre la predisposición hereditaria y los factores ambientales es inequívocamente la llave que abre las puertas de la adolescencia. Un reloj interno que aparece programado en nuestros genes aviva el hipotálamo -una estructura situada en la base del cerebro- y la hipófisis -glándula muy próxima a él- para que sinteticen las hormonas del cambio corporal y de la libido. Pero el cronómetro biológico puede ser trastocado por elementos externos o ambientales. Entre éstos puede mencionarse el nivel socioeconómico, el ambiente geográfico, la calidad sanitaria y el régimen alimenticio. Por ejemplo, un estudio realizado por investigadores del Fox Chase Cancer Center, en Filadelfia (EE UU), revela que una modesta reducción en la ingesta de grasas en chicas púberes reduce sensiblemente los niveles corporales de ciertas hormonas sexuales. Entre las menguantes se halla el estradiol, estrógeno que participa activamente en los cambios generales que se aprecian en las mamas, la vagina y el útero de las pubescentes.

La transformación física va pareja al aumento del impulso sexual. El sistema endocrino libera los compuestos constituyentes de la química del amor, donde manda la testosterona, también conocida como la hormona del deseo. La especial dimensión del primer amor, que nunca será como los que le suceden, tiene que ver con las acometidas hormonales. La base psicobiológica del enamoramiento es inmutable; hoy se ama igual que hace cientos de años. En realidad, lo que varía en la experiencia amorosa son los patrones de conducta sexual, que tienen que ver con los valores socioculturales. Cabe pues preguntarse cómo viven nuestros jóvenes sus primeras aventuras amorosas y en qué difieren de las que disfrutaron las generaciones precedentes.

Si se pregunta a los adolescentes españoles sobre sus relaciones eróticas, más del 80 por 100 responderá que son satisfactorias o muy satisfactorias. La amplia educación sexual que han recibido les confiere confianza: saben mucho sobre placer, anticoncepción, posturas, tácticas sexuales... ¿Pero opinan del mismo modo los sexólogos?

"Hoy, los adolescentes son víctimas de una mayor presión social para que se enamoren a edades tan tempranas como los 12 ó 13 años. Entre ellos mismos se establece la exigencia de estar, si no enamorados, interesados en alguien del sexo opuesto", explica Carlos de la Cruz, sexólogo de la Delegación de Juventud, en Leganés (Madrid).

Esta prontitud amorosa es en realidad un juego de rol que aparece condicionado por dos factores clave. "Los escolares entran en el Instituto con 12 ó 13 años, o sea, dos años antes que en el anterior sistema de estudios, lo que provoca que se sientan, en cierto modo, más adultos e imiten conductas amorosas que no se corresponden con su madurez sexual", comenta De la Cruz. El segundo factor que precipita los amoríos pubescentes hay que buscarlo en los mensajes eróticos que se mandan desde la publicidad, las series de televisión, las películas, las revistas juveniles e Internet. Sexólogos como Kluge atemorizan a los padres con la tesis de que la avalancha erótica en los medios de comunicación alimenta la libido de sus hijos. Pero ésta no sería la única consecuencia de la cultura mediática.

"Los chicos -dice este sexólogo- pasan de ver los Teletubbies a series como Un paso adelante o Compañeros, donde se les bombardea con una sexualidad y unas vivencias amorosas ficticias." Del mismo modo opina Iván Rotella, especialista de la Asociación Asturiana para la Educación Sexual (Astursex): "En mi investigación sobre la pornografía en Internet, a la que por cierto acceden sin dificultad los jóvenes, estoy constatando que muchos adolescentes adoptan sus contenidos pornográficos como la realidad de las relaciones sexuales y no se percatan de que se trata de una fantasía pergeñada para la excitación erótica." Por otro lado, el mundo del celuloide y la publicidad asocia patrones concretos de belleza con la potencia sexual. "Las jóvenes consideradas explosivas se muestran más apasionadas y libidinosas, y los hombres que cumplen el canon de belleza, más viriles. Esta tiranización de la imagen corporal estrecha los márgenes en la búsqueda y selección de pareja, lo que hace que muchos adolescentes queden relegados del juego amoroso", dice De la Cruz.

No cabe duda de que el encuentro sexual ha pasado a ser un objeto más de consumo. Nos adentramos en una generación de jóvenes que se precipita hacia la relación coital como pasaporte a un nuevo estatus dentro del grupo. En palabras de Rotella, "la sexualidad de los adolescentes está focalizada en el coito. Los chicos y cada vez más chicas, imitando los patrones masculinos, buscan en la penetración las maravillosas sensaciones de placer y las experiencias orgásmicas que ven en el cine y la televisión".

Casi desbordados por la teoría, la mayoría de los jóvenes encara los primeros contactos eróticos como una competición atlética. Así lo explica De la Cruz: "El mito más difundido entre los chavales de ambos sexos, aparte de que drogas como la cocaína y el éxtasis potencian el sexo, es que han de bordar la faena. Tienen que saber estimular al otro, durar mucho y muchas veces. Esto hace que estén más pendientes de qué nota le va a otorgar la pareja que de disfrutar del momento". El resultado: frustración y pérdida de autoestima.

"No se ha logrado transmitir a los adolescentes -añade- que el quid del placer erótico pasa por reconocer la inexperiencia, el nerviosismo, el pudor o el desagrado ante una práctica sexual." En este particular, el encuentro amoroso de las desinformadas generaciones anteriores era más de tipo exploratorio. "Paradójicamente, la carencia de información sexual generaba un plus de confianza entre los amantes, que aprendían a disfrutar de las zonas erógenas de su cuerpo, incluidos los genitales, pero sin llegar necesariamente a la penetración", explica De la Cruz.

Pero el erotismo mediático no es el único responsable de la actual coitocracia que avasalla la vida amorosa de los jóvenes. Los educadores sexuales también han contribuido a alimentar la obsesión genital. Como reconoce este cuerpo docente, el objetivo de la educación sexual se ha centrado durante décadas en la prevención de riesgos y en concienciar a los jóvenes sobre las miserias del sexo: embarazos no deseados, contagio del sida u otra enfermedad de transmisión sexual (ETS), dolor coital y abusos sexuales, entre otras.

"Antes empezábamos nuestras charlas haciendo hincapié en que el sexo no es sólo el coito, pero acabábamos hablando casi exclusivamente de ello y repartiendo preservativos al final de ellas", comenta De la Cuz. Sin dejar de lado la prevención de riesgos, la educación sexual ha cobrado un nuevo discurso. "Nuestro objetivo está ahora en contribuir a que chicos y chicas aprendan a conocerse, a aceptarse y a expresar la erótica de manera que sean felices", asegura Silberio Sáez, director del Instituto de Sexología Amaltea, de Zaragoza. "Queremos ?añade Rotella- transmitir a los jóvenes la cara amable del sexo, así como valores relacionados con la comunicación, el respeto, el compartir, la autoestima y el placer."

"A mi modo de ver, los adolescentes han de aprender a disfrutar del encuentro sexual como un largo viaje, sin atajos, donde el erotismo puede dar tanta o más satisfacción que la penetración", dice De la Cruz. Como colofón, Sáez añade que "aquellos que tengan una visión de la sexualidad más enriquecida, quienes incluyan en ella más cuestiones que las meramente mecánicas y fisiológicas centradas en lo genital-coito, tendrán un abanico más amplio de alternativas sexuales y estarán en condiciones de poder optar por expresiones igual o más placenteras y con consecuencias que tengan costes mínimos".

Algunos estudios apuntan que los adolescentes que han recibido una formación sexual en esta dirección aplazan el inicio de las relaciones coitales. "Efectivamente, una vez que descubren que hay muchas formas de dar placer y de disfrutar de la pareja, se toman la penetración como una opción más. Si lo hacen es porque les apetece, no por obligación" dice Rotella.

martes, 2 de abril de 2013

Los hombres valoran más los besos y los abrazos que las mujeres



Los besos, los abrazos y las caricias son más importantes para los hombres que para las mujeres en una relación de pareja duradera, según revela un estudio publicado en la revista Archives of Sexual Behaviour.

Hasta ahora se creía que los hombres solían prestar más atención al sexo a la hora de valorar sus relaciones de pareja, pero investigadores del Instituto Kensey de la Universidad de Indiana (EE UU) han llegado a la conclusión de que esa visión estereotipada es errónea. Analizando a más de un millar de parejas de Brasil, Estados Unidos, Alemania, Japón y España de entre 40 y 70 años de edad, y cuya relación duraba una media de 25 años, concluyeron que los abrazos y besos hacen a los hombres más felices de lo que se pensaba. Concretamente, los varones que besan y abrazan con frecuencia a sus parejas eran tres veces más felices que el resto. Sin embargo, para las mujeres este tipo de arrumacos no influía en el grado de satisfacción en la pareja.

El estudio también revela que para las mujeres el sexo normalmente mejora con el tiempo, especialmente a partir de 15 años de relación.

En cuanto a los factores que predicen cómo de satisfechos se sienten los miembros de una pareja heterosexual, el estudio revela que para las mujeres lo principal es la duración de la relación y su propia actividad sexual. Para los hombres resulta algo más complejo, ya que contribuyen a sufelicidad tanto la duración de la relación, como la salud física, la salud sexual y la satisfacción (y los orgasmos) de su pareja.

Por otra parte, los datos revelan que los hombres japoneses están más satisfechos con sus relaciones que los estadounidenses, y estos a su vez manifestaron estar mejor que brasileños y españoles. Las japonesas y brasileñas declararon estar más contentas con su vida sexual que las estadounidenses.

lunes, 25 de marzo de 2013

La ciencia de los besos




Besar es todo un arte, pero también tiene su propia ciencia. Se llama filematología, y las últimas investigaciones en esta disciplina revelan que intercambiar saliva nos ayuda a escoger la pareja más adecuada.

Según explicaba la neurocientífica Wendy Hill durante una reciente reunión de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), las sustancias químicas que contiene la saliva nos ayudan a evaluar a una posible pareja para decidir si es la más idónea. Además, besarnos reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y aumenta los niveles de oxitocina, siempre y cuando besemos a la persona adecuada.

Helen Fisher, profesora de antropología en la Universidad Rutger y experta mundial en la biología del amor, también ha analizado el papel del beso, y asegura que "besar es un poderoso mecanismo de adaptación" presente en más del 90% de las sociedades humanas. Sin olvidar, añade, que "los chimpancés y los bonobos se besan, los zorros se lamen sus hocicos entre sí, las aves se picotean y los elefantes ponen sus trompas en las bocas de los otros miembros de sus manadas".

En los humanos, el beso es fundamentalmente una cuestión química, según Fisher. La saliva masculina tiene testosterona y los hombres prefieren los besos húmedos porque ?inconscientemente intentan transferir testosterona para provocar el apetito sexual en las mujeres?, según la experta. Además, este tipo de besos podría ayudarles a "medir los niveles de estrógenos femeninos de su pareja, para hacerse una idea de su grado de fertilidad". En cuanto a las mujeres, el beso les sirve para detectar el estado del sistema inmune de su posible pareja y saber "cuánto se cuida".

Por otra parte, la antropóloga sostiene que existen tres sistemas cerebrales diferentes que evolucionaron en el Homo sapiens para permitir el emparejamiento y la reproducción. El primero es el deseo sexual alimentado por la testosterona, tanto en hombres como en mujeres. El segundo regula el amor pasional u obsesivo y parece estar vinculado a una actividad elevada de la dopamina, un estimulante natural. El tercero, que controla el apego y permite a una pareja permanecer unida suficiente tiempo como para criar hijos, está ligado a un nivel mayor de oxitocina. El beso, probablemente, permite que se estimulen esos tres sistemas, concluye Fisher.

martes, 19 de marzo de 2013

¿Es posible no enamorarse nunca?


A nivel biológico, el amor es fruto de un sano desequilibrio bioquímico. Los cerebros de los amantes están inundados de un neurotransmisor -molécula que lleva mensajes entre neuronas- llamado dopamina. Ésta se cuece en el sistema límbico, la parte del cerebro más involucrada en las emociones. Las personas con el sistema neuroendocrino bien ajustado tarde o temprano se enamoran. Es inevitable. Ahora bien, trastornos como la depresión y el autismo vienen de la mano de desajustes hormonales a nivel cerebral. Por ejemplo, una sobredosis de prolactina en el hombre y de andrógenos en la mujer alteran la capacidad afectiva. Lo mismo sucede con ciertos trastornos psicosomáticos, como la alexitemia.

lunes, 18 de marzo de 2013

¿Enamorarse surte el mismo efecto que una droga?



Hace unos años, la investigadora Lucy Brown, catedrática de neurociencia del Colegio de Medicina Albert Einstein de Nueva York, utilizó imágenes de resonancia magnética para estudiar el cerebro de 17 jóvenes que decían estar "recién y locamente enamorados". Observó que mirar la foto de la persona amada activaba tanto las neuronas del núcleo caudado como las del tegmento ventral, dos áreas cerebrales vinculadas al placer. Y comprobó que ambas áreas se inundaban de la hormona dopamina en el cerebro enamorado.

El resultado: una sensación muy similar al "subidón" que causan las drogas. Que, además, ayuda a que los enamorados se sienten cargados de energía, mucho más motivados y dispuestos a asumir riesgos.

martes, 12 de marzo de 2013

La "hormona del amor" combate el autismo



Los pacientes que sufren el síndrome de Asperger o trastornos de autismo de alto funcionamiento, a pesar de tener un coeficiente intelectual normal, muestran serias dificultades para manejarse en situaciones sociales. Raramente favorecen el contacto con otras personas, y nunca miran a los ojos de su interlocutor cuando mantienen una conversación. Además, sus niveles de oxitocina en sangre son bastante bajos.

Para comprobar la relación entre la hormona y el comportamiento de los autistas, Ángela Sirigu, del Centro de Neurociencia Cognitiva de Lyon (Francia) administró oxitocina inhalada a 13 pacientes. En sus experimentos comprobó que tras inhalar la oxitocina, popularmente conocida como "hormona del amor", la mayoría los autistas eran capaces de mantener durante largo tiempo el contacto visual cuando miraban fotografías de rostros humanos. Y que en juegos virtuales de pases de balón empezaban a procesar indicios sociales, y afirmaban sentirse "conectados" a los otros jugadores, algo de lo que antes eran incapaces.

Sirigu, que ha dado a conocer los resultados de su estudio en la revista PNAS, sugiere que los autistas podrían tener habilidades sociales "escondidas", y que el "empujón" de la oxitocina les ayudaría a expresarlas. Según la investigadora, esta hormona mejora la habilidad de las personas con autismo para entender cómo responden otros individuos ante ellos, y esto a su vez les permite aprender a responder adecuadamente en el contacto con los demás.

lunes, 11 de marzo de 2013

El amor nos hace más creativos



Un estudio realizado por los psicólogos Jens Förster, Kai Epstude y Amina Özelsel, de la Universidad de Amsterdan, revela que el amor cambia nuestro modo de pensar y potencia la creatividad. En concreto, los experimentos de Förster y su equipo muestran que el sentimiento amoroso favorece el procesamiento global de la información, que se realiza sobre todo en el hemisferio derecho del cerebro, potenciando el pensamiento creativo a la vez que inhibe el pensamiento analítico.

Según los investigadores, este efecto es opuesto al del deseo sexual, que incrementa el pensamiento analítico y reduce la creatividad. Los investigadores atribuyen estas diferencias a que el amor romántico requiere tener una perspectiva a largo plazo, mientras que el sexo prepara al cerebro para una perspectiva a corto plazo, "aquí y ahora".

jueves, 7 de marzo de 2013

La Pildora del AMOR



¿Podría una pastilla devolver la chispa a un matrimonio? ¿Sería posible materializar la famosa flecha de Cupido en una inyección? ¿Y crear una píldora para hacer desaparecer un amor no correspondido? Según afirma hoy en la revista Nature el investigador estadounidense Larry Young, del Centro Nacional de Primatología de la Universidad de Emory, descifrando los componentes químicos del amor podríamos "desarrollar fármacos que disminuyan o aumenten nuestros sentimientos hacia los demás".

Para estudiar las reacciones cerebrales implicadas en el amor, Young ha trabajado con roedores, que son un buen modelo para las relaciones humanas porque "crean relaciones de pareja de por vida y crían a los hijos juntos". Y ha demostrado que este comportamiento es fácil de cambiar químicamente. En concreto, si se coloca a una hembra de rata de campo junto a un macho inyectándole oxitocina -una hormona que se vincula a aspectos sociales y de cuidados en el cerebro-, se vinculará pronto a ese macho. Por el contrario, reducir los niveles normales de oxitocina provocará el absoluto rechazo de su pareja sin importar cuántas veces mantenga relaciones sexuales con él. En otras palabras, una sola dosis de la hormona adecuada puede alterar drásticamente las relaciones en estos mamíferos.

En cuanto a humanos, "algunos experimentos ya han demostrado que una inyección nasal de oxitocina aumenta la confianza y ayuda a entender las emociones de los demás", escribe Young en Nature. Y en Australia se investiga actualmente cómo utilizar esta hormona en spray como apoyo a las tradicionales terapias de pareja.

Por otra parte, recuerda Young, hay que tener en cuenta que el amor no se basa en una sola sustancia. Por ejemplo, algunos estudios han demostrado que las diferencias en un gen llamado complejo mayor de histocompatibilidad (MCH por sus siglas en inglés), que afecta al sistema inmune, puede estar relacionado con la atracción sexual.

De cualquier modo, "los avances recientes en biología sobre vínculos de pareja indican que no pasará mucho tiempo antes de que alguna persona poco escrupulosa meta una poción farmacéutica del amor en nuestra bebida", pronostica Young. "Y si eso sucediera, ¿nos importaría? Después de todo, el amor es locura", reflexiona el investigador

miércoles, 27 de febrero de 2013

¿Se puede hacer el amor dormido?



Según el psicólogo estadounidense Michael Mangan, el llamado sexsomnio es más común de lo que se cree, de tal manera que incluso se ha creado un foro en internet -sleepsex.org- donde se invita a los afectados por este extraño comportamiento a que cuenten sus experiencias. Una mujer, por ejemplo, intentaba mantener relaciones sexuales con su pareja y acto seguido se despertaba y le acusaba de intentar violarla. Otra internauta explica que su marido es sexsonámbulo y que no le importa, salvo por el molesto hecho de que empezaba a roncar tras el coito. En el mismo foro, una afectada dice sentirse engañada porque su esposo se masturba sin darse cuenta todas las noches. Cuando pone en peligro la relación, este trastorno del sueño se puede tratar fácilmente con medicamentos.

viernes, 22 de febrero de 2013

¿Un tweet tiene el mismo efecto que un beso?



El año pasado, el neuroeconomista Paul J. Zak, profesor de la universidad Claremont (EE UU), realizó una serie de estudios tomando muestras de sangre de algunos sujetos antes y después de usar Facebook y Twitter. Los análisis mostraron que, tras el uso de las redes sociales, aumentaba la cantidad de la oxitocina u "hormona del amor", la misma que generamos cuando intercambiamos caricias, besos y abrazos. Además, los niveles de las hormonas del estrés disminuyeron tras compartir tweets o intercambiar mensajes en Facebook.

Entre las conclusiones del estudio, Zak destacó que las personas con mayores niveles de la citada hormona son más generosas y propensas a hacer donaciones.

jueves, 21 de febrero de 2013

¿Es el amor un trastorno psicológico?



En la actualidad, y con los dos manuales de referencia psiquiátrica en la mano (Clasificación internacional de enfermedades y problemas relacionados con la salud (ICD), de la OMS, y Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM), de la Asociación Americana de Psiquiatría), el enamoramiento no aparece como una condición médica, "pero sí lo están sus síntomas", como ha señalado el escritor y psicólogo británico Frank Tallis.

La característica más llamativa de las investigaciones en el siglo XX radica en que rara vez se ha podido evitar el lenguaje de la psicopatología: "Cuando se abre la caja del amor, algo que se identifica con una enfermedad aparece de manera invariable", advierte Tallis. El criterio del DSM para determinar que nos encontramos ante un trastorno mental es que "causa angustia clínicamente significativa o perjuicio en lo social, laboral y otras áreas de actividad". Pero ¿cuándo lo consideramos clínicamente significativo? Beber los vientos por alguien, desde luego, puede incapacitarnos o hacernos sufrir terriblemente. ¿Cuántas personas, después de declararse enamoradas, pueden trabajar como si nada al día siguiente? Encontrarse en ese estado conlleva una serie de síntomas que, en otras situaciones, efectivamente, sugerirían un problema psiquiátrico.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Amor: ¿cerebro o corazón?



Un reciente meta-análisis realizado por la investigadora Stephanie Ortigue, de la Universidad de Syracuse, en Nueva York, revela que enamorarse no sólo puede provocar una sensación de euforia parecida a la vinculada al consumo de cocaína, sino que también afecta a las áreas intelectuales del cerebro. Además ha calculado que el fenómeno popularmente conocido como 'flechazo' tarda aproximadamente un quinto de segundo en surtir efecto.

Los resultados del trabajo de Ortigue, publicados bajo el título “La Neuroimagen del Amor” en la revista Journal of Sexual Medicine, revelan que, cuando una persona se enamora, hasta 12 áreas del cerebro trabajan conjuntamente para liberar las sustancias químicas que inducen euforia, como la dopamina, la oxitocina, la vasopresina o la adrenalina. Y que “diferentes tipos de amor implican a distintas áreas cerebrales”. Por ejemplo, el amor apasionado pone en acción a las zonas relacionadas con la recompensa y algunas funciones cognitivas superiores, como las que participan en la creación de metáforas y en la representación de la imagen corporal.

Entonces, ¿el amor es corazón o cerebro? “Yo diría que el cerebro, pero el corazón también está implicado", responde Origue, que cita como ejemplo que cuando se generan cascadas de neurotransmisores en ciertas zonas del cerebro el corazón se acelera y aparecen las “mariposas” en el estómago. Según la investigadora entender cómo y por qué nos enamoramos ayudará también a reparar un “corazón roto” por el desamor.

martes, 19 de febrero de 2013

La Historia de Cupido el Angel del Amor


Aunque todos tenemos la imagen de ese niño regordete que iba por ahí con su arco y sus flechas creando y destruyendo amores, Cupido también vivió su propio idilio. La historia de amor entre Psique y Cupido fue relatada por Lucio Apuleyo en su novela Las Metamorfosis, también conocida como El asno de oro.
Cuenta la leyenda que la diosa Venus, madre de Cupido, estaba muy celosa de una mujer mortal llamada Psique y conocida por su extrema belleza. Es por ello que encargó al travieso Cupido la misión de hacerla enamorarse locamente de algún hombre de baja condición. El problema fue que cuando Cupido vio a Psique se enamoró perdidamente de ella, y en lugar de cumplir el encargo de su madre decidió tomarla por mujer. Instaló a Psique en su palacio y la visitaba todas las noches, a oscuras, para que ella no conociese su identidad divina. Las hermanas de la mujer, celosas de su suerte y de las riquezas de su marido, la convencieron de que éste era una terrible serpiente y de que debía matarlo.
Cuando Psique iluminó el cuerpo de su marido con la intención de cumplir su cometido, descubrió que este era el dios Cupido y no fue capaz de hacerle daño. Pero él la descubrió y, arrepentido de desoír los consejos de su madre y de haberse herido con sus propias flechas, decide castigarla huyendo. Comienza entonces el largo peregrinaje de Psique, quien recorre cielo y tierra en busca de su Cupido. En el cielo encuentra a Venus, quien le hace pasar por durísimas pruebas con la intención de verla desesperarse o morir en el esfuerzo. Pero ella no se rindió, y como recompensa pudo finalmente casarse con Cupido en el consejo de los dioses.