miércoles, 19 de agosto de 2015

¿Qué es el amor? Esto es lo que opina la Ciencia:



Quizá es el tema más constante en la literatura, el cine y el arte en general, y el sentimiento más deseado en nuestras vidas. Todos alguna vez lo hemos sentido, gozado y sufrido pero ¿cómo lo entiende la ciencia?


El amor ha dejado de ser exclusivo de los artistas, los filósofos y los enamorados y ha pasado a ser un tema de interés científico dada su importancia en la vida del ser humano. Aunque cada uno de nosotros puede tener su propia definición del amor, desde el punto de vista biológico se le ha caracterizado como un fenómeno integral que involucra nuestro cerebro y nuestros órganos productores de hormonas, como la hipófisis y la glándula adrenal. En el amor participan varios mensajeros químicos que proporcionan una gama de sensaciones que van desde el placer, la euforia, la confianza y la seguridad, hasta la ansiedad, la obsesión y la depresión. Es un fenómeno que incluye patrones conductuales, cognitivos y emocionales característicos.
Todas estas sensaciones y conductas complejas que se viven en el amor han llevado a los investigadores a estudiar cada uno de sus componentes y conocer de este modo las bases biológicas que lo sustentan. Por ejemplo, hay investigaciones que indagan sobre las regiones cerebrales que participan en el enamoramiento, mientras que otras, a través de experimentos de genética molecular, tratan de conocer las bases de los lazos afectivos y las interacciones sociales.
Desde el punto de vista biológico, podemos distinguir básicamente dos tipos de amor: el amor de pareja o romántico y el amor filial (maternal o paternal). Ambos son fundamentales para la supervivencia de nuestra especie, ya que el primero en términos generales lleva a la reproducción, mientras que el segundo permite que las crías reciban los cuidados adecuados para su desarrollo. Recordemos que en la especie humana (así como en los otros primates), las crías requieren de los cuidados de la madre o el padre por un tiempo considerable. Se ha establecido además que el amor de pareja genera seguridad y confianza, lo que asegura protección en situaciones cambiantes en el entorno. Así, el significado biológico del amor se encuentra en la perpetuación y supervivencia de nuestra especie.

Mariposas en el estómago

La primera fase de una relación amorosa es el enamoramiento, el cual es transitorio, dominado por procesos de atracción y que inicia por la percepción y el consecuente placer producido por la estimulación de nuestros sentidos. Antiguamente el estímulo más importante (quizá lo siga siendo) en una relación amorosa, y que generó por mucho tiempo la frase "amor a primera vista", era justamente la vista, dada la importancia que ha adquirido para nosotros este sentido a lo largo de la evolución, sin hacer menos la estimulación del oído, el olfato, el gusto y el tacto. Sin embargo, en estos tiempos modernos los avances en la comunicación han hecho que muchas veces el primer contacto entre dos personas sea virtual, a través del correo electrónico o las redes sociales, y que sin tener una estimulación olfativa, auditiva o incluso visual se pueda desencadenar el enamoramiento.
Durante el enamoramiento ocurren cambios fisiológicos impresionantes en nuestro organismo. Se modifica la producción de hormonas (mensajeros químicos secretados por una glándula y con efectos distintos sobre la mente y el cuerpo), cambia de manera notable nuestro estado de ánimo e incluso se llega a tener una percepción diferente de la realidad.
Se ha encontrado que en los primeros meses de enamoramiento hay un aumento en los niveles de cortisol, una hormona esteroide relacionada con el estrés. Además, en el hombre disminuye la producción de testosterona, una hormona sexual que es más abundante en el hombre que en la mujer (ver ¿Cómo ves? No. 134), mientras que en la mujer aumenta, lo cual hace que el hombre modifique un poco su conducta y se muestre más tranquilo, mientras que la mujer puede estar más alerta o incluso agresiva.
Se sabe que los enamorados presentan estados de ansiedad y estrés moderados que se manifiestan a través de un aumento en la sudoración, la presión arterial, el ritmo cardiaco y en los movimientos peristálticos intestinales (las famosas "mariposas en el estómago"). Mientras estos cambios fisiológicos sean moderados, el enamoramiento es benéfico para la salud: es un estado muy motivador, inspirador y reconfortante que mantiene a la gente alerta y optimista. Se sabe que a la larga, después de esta etapa incierta que es el enamoramiento, el amor reduce el estrés.

Enamoramiento virtual

El impacto de los medios de comunicación electrónica vía Internet ha sido tan grande que ha modificado nuestras vidas en muchos ámbitos, incluido el emocional. Así, a través de las redes sociales y de páginas comerciales dedicadas a que encontremos a nuestra "pareja ideal", nos podemos enamorar de alguien a quien jamás hayamos visto ni escuchado, sin haber percibido su olor o tocado su piel. En los inicios de este tipo de comunicación, el principal vínculo consistía en los sentimientos expresados por las ideas y gustos de nuestra contraparte virtual; actualmente podemos contar con una estimulación visual (aunque no siempre sea el primer estímulo como ocurre la mayoría de las veces en un entorno real), dado que en muchos sitios de Internet se pueden desplegar imágenes, o incluso auditiva si se cuenta con los dispositivos electrónicos para tal fin.

¿Con todo mi corazón?

A pesar de lo romántico que suena decir o que nos digan "te amo con todo mi corazón", todos nuestros pensamientos, sentimientos y sueños provienen de la actividad cerebral. Existe en nuestro cerebro un sistema de comunicación, conformado por diferentes estructuras interconectadas, que se conoce como sistema límbico, y es el que permite experimentar toda la gama de emociones que se presentan en nuestra vida.
Se sabe que existen algunas regiones cerebrales que están involucradas tanto en el amor maternal como en el amor de pareja. De hecho, se ha propuesto que ambos tienen orígenes evolutivos similares y se manifiestan a través de mecanismos celulares análogos. Así, en experimentos en donde se realizan análisis de imágenes del cerebro mediante técnicas como la resonancia magnética funcional, se ha visto que la presentación de fotografías de un hijo a una madre o del ser amado a la pareja enamorada, activa regiones similares del sistema límbico, aunque hay otras estructuras exclusivas para cada tipo de amor. Por ejemplo, las estructuras relacionadas con el deseo sexual, como el hipotálamo (región cerebral encargada de muchas funciones, entre ellas la conducta sexual), sólo se activan en el caso del amor de pareja.
En sujetos muy enamorados, la presentación de fotografías de la persona amada activa regiones del cerebro relacionadas con emociones positivas, que causan bienestar, como la ínsula, la corteza del cíngulo y los núcleos caudado y putamen. Al mismo tiempo se inactivan otras regiones cerebrales, como la amígdala y la corteza cerebral frontal y prefrontal, que se asocian al miedo, la tristeza y al establecimiento de un juicio crítico de la conducta y las intenciones de las otras personas. Esto parece relacionarse con el hecho de que cuando estamos enamorados todo o casi todo nos parece ideal en nuestra pareja; podemos entonces entender por qué se dice que "el amor es ciego".

Las moléculas del amor

Dada la gama de sensaciones que involucra el fenómeno del amor, no cabe pensar que exista "la molécula del amor"; sin embargo, sí hay sustancias íntimamente ligadas a los estados emocionales que se presentan en el amor romántico y en la conducta maternal, además de ser fundamentales en el establecimiento de los lazos afectivos entre los individuos. Estas sustancias son algunas hormonas como la vasopresina y la oxitocina, neurotransmisores (moléculas encargadas de la comunicación entre las neuronas) como la dopamina y la serotonina, y los opiáceos endógenos —moléculas producidas en nuestro cerebro relacionadas con las sensaciones de placer y la disminución del dolor— como las endorfinas y las encefalinas.
La vasopresina y la oxitocina son péptidos, esto es, sustancias formadas por aminoácidos, que son los componentes de las proteínas. Están constituidos por nueve aminoácidos que se producen principalmente en el hipotálamo y que tienen acciones vitales y diversas en nuestro organismo. Por ejemplo, la vasopresina, también llamada hormona antidiurética, participa en la regulación del contenido de agua de nuestro cuerpo, mientras que la oxitocina es esencial para el trabajo de parto y la lactancia. Además de estas funciones, se ha encontrado que ambas participan en el despliegue de conductas sociales, el establecimiento y el mantenimiento de los lazos entre la madre y su cría, y entre las parejas.
En varias especies de mamíferos, incluido el ser humano, se ha descubierto que la oxitocina se libera durante el trabajo de parto y la lactancia, lo cual es importante para el establecimiento de la relación madre-hijo. La administración intracerebral de oxitocina a ovejas hembra las induce a cuidar crías ajenas y tener conducta maternal. También se ha encontrado que durante el coito hay un incremento en la secreción de oxitocina y vasopresina, lo cual afianza el vínculo entre las parejas. En ratones de pradera se ha demostrado que la vasopresina estimula la conducta paternal, el mantenimiento de los lazos entre las parejas y las conductas monógamas.
En el caso de la serotonina, la dopamina y las encefalinas, se sabe que participan en la generación y reforzamiento de muchas de las emociones que se presentan durante las relaciones amorosas a través de su acción en las estructuras cerebrales relacionadas con el placer y las sensaciones de recompensa. Se sabe también que estos mensajeros químicos pueden regular la producción y los efectos de la oxitocina y la vasopresina. Si existen moléculas involucradas en el amor, entonces ¿podríamos elaborar pociones de amor o tener la cura para el mal de amores? A pesar de la gran tradición herbolaria de distintos países, incluyendo el nuestro, y el avance en la síntesis de compuestos orgánicos, aún no existen pociones mágicas para que la persona que nos interese se enamore de nosotros. Es necesario también recordar que la oxitocina, la vasopresina y demás moléculas mencionadas, participan en la regulación de muchas funciones y no solamente en el mantenimiento de los lazos sentimentales, por lo que su administración puede llegar a tener efectos colaterales importantes en nuestro organismo.
Desde algunos años se han comercializado perfumes que contienen oxitocina o feromonas sintéticas, ya sea masculinas o femeninas, que supuestamente pueden atraer al sexo opuesto. (ver ¿Cómo ves? No. 88). Las feromonas son sustancias volátiles que producimos en glándulas de la piel, como las sudoríparas, y que estimulan el sistema olfativo. Aunque estas moléculas activan una región en la nariz llamada órgano vomeronasal y en condiciones de laboratorio se ha encontrado que producen diferentes respuestas fisiológicas en el ser humano —entre ellas cambios en la respiración, en la frecuencia cardiaca y en los niveles de hormonas como las gonadotropinas y la testosterona—, se desconoce si tienen efectos fuera del ámbito experimental y obviamente no estarían específicamente dirigidas hacia alguna persona en particular, de manera que si nos llenamos de estas feromonas podríamos correr el riesgo de atraer a la persona equivocada. Dadas las diferentes sensaciones de placer que provoca el amor —que incluso pueden generar ciertas conductas adictivas—, cuando sufrimos alguna decepción o "terminan" con nosotros, se produce una ausencia de todas estas sensaciones positivas, placenteras y reconfortantes, lo que nos lleva al "mal de amores": nuestra salud se deteriora debido a un estrés crónico; hay confusión y se pueden alcanzar estados significativos de depresión. Si esto llegara a ocurrir, se requerirá asistencia psicológica o psiquiátrica y en casos graves el uso de fármacos antidepresivos, muchos de los cuales aumentan los niveles de serotonina. Aunque según los expertos en amores, el mejor remedio ante una ruptura es pasar por un periodo de duelo por la pérdida del ser querido y después… enamorarse de nuevo.

Infidelidad y genes

En el amor romántico uno de los componentes que en general es determinante para mantener una relación de pareja es la fidelidad, que en la mayoría de las sociedades se refiere a tener una sola pareja sexual al mismo tiempo. Además de todos los factores sociales que pueden influir en el establecimiento de vínculos con una o más parejas al mismo tiempo, los científicos se han preguntado si existe alguna base biológica de la fidelidad y al parecer la respuesta podría ser positiva
Existen roedores de especies muy cercanas del mismo género (Microtus) que se han establecido en diferentes hábitats, por ejemplo en la pradera y en la montaña, que muestran conductas monógamas o polígamas muy evidentes. Estas especies presentan diferencias en la concentración y la distribución de los receptores para vasopresina en el cerebro; los receptores son proteínas que se unen a los mensajeros químicos, como hormonas o neurotransmisores, para que puedan llevar a cabo sus efectos en la célula. Se ha visto que el gen del receptor para vasopresina presenta variantes entre una especie y otra. En experimentos de biología molecular en los que en etapas muy tempranas del desarrollo embrionario se transfiere el gen de la especie monógama a la especie polígama, esta última despliega conductas monógamas en la etapa adulta.
Estos experimentos motivaron a un grupo de investigadores suecos y de Estados Unidos, encabezado por Hasse Walum del Instituto Karolinska en Suecia, a estudiar en el ser humano la relación entre las variantes del gen del receptor para vasopresina, denominado AVPR1A, y los lazos de pareja. En 2008 se publicaron en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences los resultados de la investigación: se encontró una asociación entre las variantes de ese gen en varones y los lazos afectivos con su pareja, demostrándose que hombres suecos con una particular variante del gen presentaban mayor probabilidad de mantenerse solteros o bien, si estaban casados, de presentar problemas conyugales debido a débiles lazos de unión con su pareja y al establecimiento de relaciones sexuales extramaritales. No se han caracterizado las variantes del gen del receptor para vasopresina en otras poblaciones, por lo que se desconoce si dichas variantes son exclusivas de poblaciones nórdicas.
Aunque se ha llegado a especular que para encontrar la pareja ideal, o al menos una pareja fiel, en un futuro bastaría con un estudio de los genes que participan en nuestras conductas sociales —como los receptores para vasopresina, oxitocina o dopamina—, y así determinar si el hombre o la mujer tienen cierta predisposición a tener más de una pareja al mismo tiempo, el asunto no es tan simple. El hecho, por ejemplo, de contar con una variante en particular del gen del receptor para vasopresina, o de algún otro gen involucrado en los lazos afectivos y las relaciones sociales, no necesariamente determinará una conducta monógama o polígama; nuestras características y conductas son el resultado de la interacción de nuestros genes con el medio ambiente y hay muchos factores medioambientales que modulan las relaciones de pareja.

Para siempre… o no

Una de las preguntas más recurrentes y todavía sin respuesta, es cuánto dura el amor y si éste puede ser para siempre. Diversos grupos de psicólogos y psiquiatras han especulado que el enamoramiento dura unos cuantos meses y después se pasa a un estado más consciente y crítico de la realidad, en el cual se empiezan a valorar las distintas características de la pareja; es entonces cuando en teoría podemos definir si la relación que tenemos es realmente confiable, placentera y reconfortante.
El tiempo en que se pasa de una etapa a otra y en el que se mantiene la segunda, que es lo más difícil, depende de muchos factores; entre ellos se han destacado los procesos de memoria y aprendizaje y la adaptación de nuestros sistemas sensoriales. Se ha propuesto que en una relación que recién inicia, hay una gran cantidad de estímulos y situaciones novedosas que causan en la otra persona interés, placer y una buena dosis de aprendizaje. Pero después de cierto tiempo, los estímulos dejan de ser novedosos, el aprendizaje disminuye y se establecen pautas conductuales rutinarias que ya no despiertan el interés y la motivación iniciales. Por lo anterior, se dice que el secreto está en variar las actividades y conductas que se presentan en una relación de pareja.
Muchas veces una relación amorosa conduce al matrimonio y a la vida compartida, en la que nuevamente hay situaciones que generan procesos de aprendizaje. Cuando estos procesos están por agotarse, a menudo sobreviene el nacimiento de los hijos, lo que posiblemente provoca los cambios más dramáticos y permanentes en términos conductuales y de aprendizaje en la vida de un adulto. Sin embargo, en general, después de algunos años se llega a situaciones en las que ya no hay placer ni aprendizaje en la relación de pareja; por ello se ha dicho que si hay interés de ambas partes, cualquier relación amorosa se debe alimentar y reinventar constantemente. En los últimos años varios grupos de psicólogos han descubierto que entre los ingredientes que dan mayor solidez a una relación de pareja por un tiempo considerable son la comunicación, el compromiso, la confianza, la intimidad y la celebración de los momentos importantes para uno de los miembros de la misma, más que el apoyo en situaciones desfavorables. De manera que si quieres permanecer con tu pareja, no dudes en festejar con ella los momentos felices.

jueves, 12 de febrero de 2015

Síndrome de Otelo: la enfermedad de los celos extremos


Este martes un diario británico publicó que la mujer más celosa de Reino Unido se casó con su novio al que solía someter a un detector de mentiras cuando llegaba a casa. Y es que la mujer sufría del síndrome de Otelo, un trastorno provocado por celos desmesurados.

Toma el nombre de la conocida obra de Shakespeare, Otelo, que mata a Desdémona poseído por unos celos enfermizos.
El síndrome de Otelo es un delirio por el cual la persona que lo sufre está firmemente convencida de que su pareja le es infiel.
"La persona está obsesionada con la idea de la infidelidad y muestra una serie de conductas que se manifiestan tratando de buscar pruebas que lo demuestren, por ejemplo, entrando en el ordenador o mirando el teléfono móvil de su pareja. También puede mostrarse violenta o humillar al otro", dice a BBC Mundo Walter Ghedin, psiquiatra y sexólogo.
En casos extremos la persona que padece del trastorno puede llegar a matar al objeto de sus celos.
"Cuando se llega al extremo del homicidio es que existe otro tipo de personalidad patológica de base como la paranoia o un delirio celotípico. Cuando hay un delirio es una idea irreversible con una serie de respuestas a esas ideas que son realmente graves", dijo el experto argentino.
"Muchas veces los celos son alimentados por la influencia", señala Ghedin, "en la obra de Shakespeare Otelo fue influenciado por Yago que le metía ideas de la infidelidad de su esposa. Los sujetos celotípicos pueden ser son influenciables por las opiniones de otras personas o medios de comunicación".
La manera de tratar el síndrome de Otelo es buscar las causas que lo provocan. La psicoterapia es fundamental y en los casos extremos se recomienda medicación.
"Hay pacientes en los que la idea de infidelidad es tan preponderante, tan recurrente en su pensamiento que altera las relaciones con otras personas. En estos casos, una medicación atenúa la intensidad de la idea", explicó Ghedin.

Distintos tipos de celos

Pero los celos no son necesariamente patológicos.
Según Ghedin, forman parte del capital de emociones que toda persona tiene. Se consideran síntomas de un trastorno psiquiátrico solo cuando dominan al sujeto e interfieren notoriamente en su vida de relación y en el resto de sus ocupaciones.

Podemos clasificar a los celos como:

  • Reacción emocional normal: es transitoria, no condiciona la vida de la persona ni de los demás.
  • Reacción emocional desmedida: afecta sobre todo las relaciones amorosas. Es más frecuente en mujeres con diferentes grados de dependencia. Pueden o no haber existido situaciones previas de infidelidad (ya sea personales, familiares o de amistades cercanas). Son controladoras y pretenden que el otro les despeje infinidad de dudas que nunca llegan a ser aclaradas.
  • Celos como rasgo distintivo de la personalidad: son personalidades desconfiadas, suspicaces, que condicionan la vida del sujeto y del entorno. Afectan todas las áreas: relaciones familiares, amorosas y trabajo, entre otras. Son fríos, calculadores, encuentran amenazas donde no existen y están convencidos que lo que piensan es una "verdad" indiscutible. Se denomina Trastorno Paranoide de la Personalidad.
  • Síndrome de Otelo: es un trastorno delirante con ideas de celos, también denominado celotipia. Son ideas que atrapan el pensamiento y convencen al sujeto de que el otro le es infiel. El delirante celotípico construye su delirio con datos irracionales y pierde el tiempo tratando de hallar comprobaciones para confirmar sus sospechas. Los delirios de celos pueden formar parte del trastorno delirante crónico o paranoia, pero también lo observamos en los comienzos de cuadros demenciales por deterioro involutivo de la corteza cerebral y en el alcoholismo crónico.

Afecta más a los hombres

El síndrome de Otelo afecta a mujeres y a hombres pero más a estos últimos. Según el experto argentino, la razón fundamental tiene bases psicológicas y culturales.
El apego real y simbólico a la figura de la madre actuaría inconscientemente generando sentimientos ambivalentes de amor-odio hacia las demás mujeres.
La cultura también impone sus reglas: en estos sujetos la idea de poder, dominación y fuerza sobre la figura femenina es imperante.
Ellos quieren mujeres que se sometan a sus reglas y cualquier conducta de autonomía de parte de ellas es vivida como sospechosa.

En opinión de Ghedin, ya sea el hombre o la mujer quien sufra el trastorno, lo importante es buscar ayuda antes de que el síndrome arraigue y se deterioren las relaciones entre la pareja.

martes, 1 de julio de 2014

8 beneficios del amor para la salud...


Al estar enamorados nuestro cuerpo se convierte en un escaparate en el que se muestran los cambios químicos que se producen a nivel interno. Vemos uno a uno cómo estos cambios benefician a nuestra salud.

¡Qué guapa estás! ¡Estás radiante! ¡Qué joven te veo! En ocasiones la causa de estos cambios visibles a los demás es el amor. El amor es una de las cinco emociones básicas presentes en todos los seres humanos y que tiene una clara función de supervivencia. Gracias al amor creamos nuestros vínculos afectivos desde el nacimiento, necesarios para el crecimiento emocional sano, y también gracias al amor, elegimos a nuestra pareja para formar nuestra propia familia. Al igual que ocurre con todas la emociones, el amor también se localiza en el cuerpo y no sólo en el corazón como solemos imaginar. Al estar enamorados nuestro cuerpo se convierte en un escaparate en el que se muestran los cambios químicos que se producen a nivel interno. Algunos de estos cambios son: mayor liberación de endorfinas, reducción en los niveles de cortisol, incremento en la producción de dopamina, oxitocina y norepirefrina, aumento en los niveles de estrógenos y liberación de melatonina. Veamos uno por uno cómo estos cambios benefician a nuestra salud.

1. Mejora nuestras defensas

Al producirse mayor liberación de endorfinas, la sensación de felicidad aumenta, ya que son las sustancias conocidas como mejores antidepresivos naturales, permitiéndonos disfrutar más de la vida. Además, las endorfinas mejoran el funcionamiento del sistema inmunológico, por lo que el amor mejora también nuestras defensas ante enfermedades.

2. Baja los niveles de estrés

El cortisol es la hormona que se libera como respuesta al estrés y origina un aumento de la tensión arterial. El enamoramiento reduce esta hormona por lo que se reducen los efectos negativos del estrés crónico en nuestro organismo, de una forma natural y placentera.

3. Disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares

Gracias a la amor se incrementa también la producción de dopamina, oxitocina y norepirefrina lo cual ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardiovascular, ¡el amor es bueno para el corazón! También estas sustancias son la responsables de que todo nos parezca bien y hacen que se disparen los sentimientos de felicidad y placer por las cosas pequeñas de la vida.

4. Rejuvenece nuestra piel

Al aumentar los niveles de estrógenos, nuestra piel mejora y esto hace que nos vean y que nos veamos más jóvenes.

5. Nos da vitalidad

Además, la liberación de melatonina producida al sentir amor, mejora la autoestima y nos aporta una sensación de vitalidad difícil de sentir si no hay amor en nuestra vida.

6. Nos hace estar más guapos

Gracias al aumento de estrógenos durante la etapa del enamoramiento experimentamos notorios cambios físicos como el embellecimiento de la piel, el cabello y las uñas.

7. Aumenta nuestra autoestima

Amar y ser amado nos ayuda a encontrarle un sentido a nuestra vida, y a sentirnos importantes, seguros y con una sensación de valía personal y autoestima básicas para la salud psicológica e integral.

8. Nos da más salud (y en todas las fases del enamoramiento)

Así, podemos decir, desde una base científica, que el amor beneficia a la salud no sólo en los primeros momentos del enamoramiento sino también cuando ya sentimos más estabilidad y más calma con nuestra pareja de muchos años de duración.

jueves, 26 de junio de 2014

Luis Suárez y la historia de amor que lo llevó al éxito

Se dice que detrás de todo gran hombre hay una gran mujer y eso lo sabe bien el futbolista uruguayo Luis Suárez quien sabe que sin su pareja no estaría donde está.

 Luis Suárez conmovió el Mundial de Brasil con dos goles a Inglaterra y un espectacular regreso 28 días después de una operación de rodilla. La determinación y voracidad goleadora del delantero uruguayo desataron elogios en todo el mundo, pero son además el contrapeso de una historia más sensible, la de un joven que decidió ser futbolista por amor.
Suárez, uno de los delanteros más temidos del mundo y máximo goleador de la Premier League, se convenció de que podría ser futbolista cuando tenía 15 años y recibió los consejos de Sofía Balbi, quien entonces era su novia y con el tiempo se convirtió en su esposa y madre de sus dos hijos, Delfina y Benjamín.
Cuando Sofía, que tenía 13 años, tuvo que mudarse a Barcelona para seguir a sus padres, Suárez sumó otra razón para terminar de dedicarse al fútbol. Como pertenecía a una familia de bajos recursos económicos, la única posibilidad de volver a ver a su novia era convertirse en futbolista profesional y ser vendido a Europa.
Ya en en Holanda, su primera etapa en el fútbol europeo, Suárez viajó a Barcelona para pedirles a los padres de Sofía, que todavía era menor de edad, que la dejaran irse a vivir junto él en Groninga, la ciudad en la que jugaba su primer club, el Groningen. “Fue un día inolvidable para mí. Les agradezco a mi familia y a todos los que me apoyaro”, dijo Suárez el viernes por la noche, 24 horas después de su sensacional actuación ante Inglaterra.
Luis Suárez y Sofia
“A los 13 años, cuando estaba en las juveniles de Nacional, no tenía muchas oportunidades. Cometí el error de juntarme con gente que no me tenía que juntar y de salir por la noche”, contó Suárez a ESPN Brasil en un especial publicado en noviembre de 2013, después de que Uruguay consiguiera su clasificación al Mundial. “Después tuve la suerte de conocer a mi novia, que fue un golpe para mí, para mi vida y para mi cabeza”, aseguró.
Cuando el periodista le recordó el dicho de que “detrás de todo hombre hay una gran mujer”, el pistolero sensible asintió: “Sí, es lo que se dice y estoy muy contento. Y por los hijos maravillosos que me dio”.
“Antes era un adolescente que salía y que no me gustaba entrenar, pero cambié casi todo cuando me puse de novio”, reconoció. Al año siguiente, cuando Luis tenía 16 y jugaba en la Tercera de Nacional, Sofía se fue a vivir a Europa. “Él se sintió perdido y se dijo que tenía que conseguir llegar al fútbol profesional. Tenía que ser tan bueno como para que lo ficharan en Europa”, reconstruyó Lissardy tras una entrevista con el propio jugador.
Suárez debutó en Nacional a los 18 años y en pocos partidos consiguió su primer objetivo: irse jugar a Europa. Enseguida logró el segundo: vivir junto a Sofía, primero en Holanda y a partir de 2011 en Inglaterra.
Luis Suárez y Sofia

jueves, 6 de febrero de 2014

Las mujeres los prefieren de cara ancha para una noche de pasión



Según la creencia popular, los hombres de cara ancha tienen un carácter agresivo. La ciencia no ha demostrado aún que las facciones duras sean signo inequívoco de una personalidad dominante, aunque si es cierto que al menos nos hacen parecerlo ante los demás. Investigaciones previas han revelado que las personas de rostro ancho son percibidas como más exitosas y más capacitadas para el liderazgo, al mismo tiempo que nos generan más desconfianza. Un nuevo trabajo va más allá afirmando que los hombres de cara ancha resultan más atractivos para las mujeres de cara a relaciones esporádicas.

Así concluye la investigación llevada a cabo por un equipo de científicos internacionales, que evidencia la influencia del aspecto físico en el éxito reproductivo. Según los autores, los rasgos faciales prominentes hacen a los hombres más deseables para las noches de pasión. La explicación de ello reside en que las mujeres relacionan de forma instintiva un aspecto más rudo con mayores niveles de testosterona y por ende, con una personalidad más viril, que en teoría despierta el interés sexual del género femenino. Una cara ancha genera, sin embargo, el efecto contrario cuando se trata de escoger un compañero sentimental, precisamente por dicha tendencia a la agresividad y a la dominación.

Para obtener estas conclusiones, los investigadores examinaron a más de 150 participantes en unspeed dating (evento de citas rápidas). Tomando como referencia el índice FWH de los hombres, es decir, la proporción del ancho por el largo de la cara, encontraron una relación directa entre la anchura del rostro masculino y una mayor tasa de éxito en la primera y segunda cita. Los científicos aseguran además que la percepción de dominación que genera una cara ancha no es solo cuestión de apariencia, ya que algunos estudios han asociado un ratio alto en el índice de FWH con una mayor supervivencia en combate cuerpo a cuerpo.

Los resultados de la investigación ponen en evidencia que nuestra fisionomía es determinante en la imagen que proyectamos a los demás, aunque muchas veces no se corresponda con nuestra personalidad real, ya que por el momento no hay estudio científico que pueda garantizar un amante impetuoso en una cara ancha.

martes, 26 de noviembre de 2013

Top 8 Hoteles del Amor en España (para practicar sexo)

Hoteles del amor... para practicar sexo

¿Quién dijo que el amor (y/o sexo) furtivo tenía que confinarse en cuchitriles lóbregos e insalubres? Los 'love hotels' han desbancado a las casas de citas y 'meublés' de los años 50. Más refinados y equipados que nunca, ofrecen privacidad y discreción a las parejas que quieren disfrutar de encuentros sexuales sin sobresaltos.









Atrás quedaron las casas de citas sórdidas y escondidas para encuentros fugaces. Los love hotels u hoteles del amor (¿No querrán decir sexo?) tienen el mismo fin que sus predecesores pero se han refinado y están equipados con camas redondas, jacuzzis, TV con infinidad de canales -no precisamente de documentales- y un largo etcétera. Las habitaciones se alquilan por una, dos, tres, cuatro horas o la noche entera (si es de los fogosos). Además, en estos establecimientos prima la discreción y se evita al máximo el contacto entre huéspedes.
Aunque un reciente estudio de la web AshleyMadison.com revelaba que los hoteles céntricos eran los preferidos por los más promiscuos para dar rienda suelta a la libido, lo cierto es que este tipo de establecimientos prolifera por toda nuestra geografía. Estos son ocho hoteles donde Morbo se escribe -y se practica- con mayúsculas.

1. Zouk Hotel (Madrid)

Es teclear «hotel» en Google y ahí está, sin disimulo ni rubor, el hotel más solicitado por los amantes patrios. El Zouk Hotel, uno de los puntos de la A-2 más visitados -aunque pocos reconozcan haber pasado por él-, pone a su disposición un check-in sin necesidad de bajar el coche, suites con jacuzzi y piscina, juguetes eróticos, un servicio de habitaciones intachable, mariscada servida en su habitación... Desde 54 euros.

2. Luxor (Barcelona)

Habitación estándar del Luxor.
Este hostal por horas de la Ciudad Condal cuenta con tan solo cinco habitaciones, todas ellas pensadas para pasar una velada sensual en pareja o en ménage à trois (cada persona adicional tiene un cargo de 10 euros). Para reservar en el Luxorbasta con aportar su nombre o apodo y pondrán a su disposición las habitaciones estandar o superiores con jacuzzi. Desde 30 euros la primera hora.

3. Open Atic (Málaga)

Poco le importará a los amantes fugaces que el Open Atic haya sido decorado bajo premisas zen y wabi sabi. Pero lo cierto es que este love hotel intenta proporcionar un ambiente más hogareño y acogedor, pues se trata de un ático con terraza íntimo y confortable. A 10 minutos del centro de Málaga, dispone de bebidas incluidas en el precio y de un estudio con acceso a Internet gratis. A partir de 30 euros la primera hora.

4. Punt Catorze (Barcelona)

Luces tenues en Punt Catorze.
Por la autovía de Castelldefels se llega a este motel de lujo con jardín a la entrada y habitaciones equipadas con carta de productos eróticos donde, sí, también dejan espacio al romanticismo. Podrá reservar una habitación estándar, superior, suite o gran suite, cada una decorada con distintos -y sobrios- colores y sugerentes juegos de espejos. Desde 48 euros.

5. Los Peñascales (Madrid)

A los servicios propios de estos establecimientos, el motel Los Peñascales añade saunas en sus habitaciones. Situado en la A-6 a la altura de Las Rozas, dispone también de acceso privado al garaje y a la habitación, servicio de cafetería y habitaciones 24 horas, wifi gratis, canales privados de TV... Desde 50 euros las cuatro primeras horas.

6. HRegás (Barcelona)

Discreta entrada al HRegás.
Un aire afrancesado elegantemente coquin da la bienvenida a los huéspedes que se acerquen hasta el centro de la Barcelona de los negocios, entre Balmes y Gala Placidia. ElHRegás ofrece habitaciones con baño, cómodas, climatizadas y, muy importante, insonorizadas. Este hostal ofrece estancias a partir de cuatro horas y no hay límite de tiempo máximo. Desde 49 euros.

7. Al-Kalat (Sevilla)

Este hotel de cuatro estrellas en Alcalá de Guadaira ofrece suites temáticas, habitaciones con velas aromáticas, servicio de floristería, carta de bebidas, comidas y postres... Además, cuentan con la modalidad siesta para estancias inferiores a cuatro horas y suites para cuatro personas. Desde 60 euros.

8. La França (Barcelona)

Recepción de La França.
En el Poble Sec, La Franca es el más grande de la ciudad. Y aunque ha superado el medio siglo, se mantiene en plena forma: abre 365 días al año, las 24 horas. Cuenta con cuatro pisos, más el garaje de 74 plazas (una para cada habitación). Reformado por el prestigioso decorador Lázaro Rosa, La França presume de altas dosis de diseño y habitaciones sofisticadas pero informales. Desde 45 euros.

martes, 22 de octubre de 2013

Los genitales femeninos reaccionan a estímulos sexuales más diversos



Mucho se ha hablado de la diferencia entre hombres y mujeres con respecto al sexo, y especialmente lo que tiene que ver con excitación y respuesta sexual. Un ejemplo de ello, fue la pasada publicación en la revista 'Cortex' sobre cuáles eran las zonas preferidas por hombres y mujeres para excitarse. Pese a todo lo comentado hasta el momento, hay cosas que van más allá y que ya están probadas científicamente. Como que los hombres alcanzan niveles absolutos más altos de excitación o que las mujeres responden a un espectro más amplio de estímulos sexuales.
Así, lo asegura a ELMUNDO.es el químico, escritor y divulgador científico Pere Estupinyà, quien alude a los estudios y experimentos de la conocida investigadora Meredith Chivers (tal como puede leerse en su último libro, 'S=EX2, La ciencia del sexo',) para explicar estos hallazgos sobre la concordancia sexual.
Eso sí, matiza el experto que "lo primero que debemos hacer es asumir que excitación mental y excitación física no siempre coinciden". Es decir, te puedes sentir excitado pero tus genitales no lo están (es el caso de algunas disfunciones sexuales, como por ejemplo en el caso de los hombres la disfunción eréctil). O bien al contrario, por ejemplo, "cuando alguien observa una escena erótica y dice que no le gusta por inapropiada, pero sus genitales reaccionan estimulándose. En hombres es más fácil de percatarse porque la erección se nota, pero algunas mujeres pueden no darse cuenta de la activación de sus genitales". Y esto último es precisamente lo que Chivers y su equipo han demostrado experimentalmente.
"Los genitales de la mayoría de hombres heterosexuales no se excitan al ver imágenes de sexo entre dos hombres, en cambio sí lo hacen los genitales de algunas mujeres heterosexuales, a pesar de decir sentir reparo ante, por ejemplo, la visión de escenas lésbicas. Esto no implica bisexualidad encubierta, sino que la explicación más clara es que las mujeres suelen sentir más empatía al ver el placer femenino. Es decir, que una mujer está viendo cómo otra persona (hombre o mujer) está sintiendo placer y eso les excita. Puede ser que mentalmente, les desagrade la manera con el que lo está obteniendo y juzguen la escena como no erótica porque ellas no quisieran practicarla. Pero al empatizar con el gozo sexual de las personas que están viendo sus genitales sí reaccionan", manifiesta Estupinyá quien ya aseguró recientemente a este periódico que efectivamente, las mujeres responden a un espectro más amplio de estímulos sexuales que los hombres, y una muestra de ello, era precisamente esto, las imágenes entre personas del mismo sexo.
A parte de este hallazgo, explica este experto, el experimento de Chivers consistió en mostrar muchos tipos diferentes de estímulos eróticos a hombres y mujeres y observó que, independientemente de si se sentían mentalmente excitadas o no, los genitales femeninos solían reaccionar a estímulos más diversos que los hombres. En general, "los hombres tienen valores absolutos más altos de excitación, pero las mujeres mayor diversidad", afirma.

Diversidad de estímulos

Del mismo modo, Francisca Molero, médico, sexóloga y directora del Instituto de Sexología de Barcelona, argumenta la gran variabilidad de estímulos sexuales que tienen las mujeres. "La respuesta fisiológica de excitación femenina, es decir, el aumento de lubricación, la hinchazón de los genitales etc. ocurre con una gran variabilidad de estímulos, sobre todo relacionados con la acción, con escenas de actividad sexual, aunque la mujer no interprete esos cambios fisiológicos de sus genitales, como excitación".
Todo esto, añade, también lo avala el llamado síndrome de la excitación sexual persistente donde una de sus características era que la mujer interpretaba como intrusivo o no deseado los cambios de excitación genital, "mientras que en el caso de los hombres, notan un cambio genital, una erección y simplemente lo evalúan y lo valoran como excitación".
Pero, a pesar de todo esto, esta especialista mantiene que debemos ser cautos con afirmar según qué cosas. Por ejemplo, no podemos decir que las mujeres responden sexualmente más a los estímulos de intimidad que los hombres, ni tampoco que las mujeres responden mucho menos que ellos a los estímulos visuales. "Todo es cuestionable, ya que depende del momento, del ciclo vital de la persona, de su historia de vida etc. La sexualidad de las personas está condicionada por el entorno sociocultural y el momento histórico en que se encuentran", aclara Molero. Lo que sí está claro y es totalmente objetivo, afirma, es la gran variabilidad de estímulos a los que responde la mujer, tal y como científicamente ya se ha demostrado.
También es necesario puntualizar que hombres y mujeres pueden responder sexualmente igual a los mismos estímulos, aunque las caricias y 'el oído' son valorados por las mujeres como estímulos de gran calidad erótica. Y en el caso de los hombres, "los más valorados serían los estímulos más explícitos como por ejemplo, la visión de escenas sexuales", expone.
Sea como fuese, se dice que los hombres viven la sexualidad de forma más genital que las mujeres. Pero realmente es así, en términos generales, argumenta Estupinyà, ya que "las mujeres tienen más zonas erógenas y más sensibles. Hay muchos más casos de mujeres alcanzando orgasmos no genitales (acariciar pezones, por ejemplo) que de hombres". Y a pesar de que puede haber un tema biológico que explique estos hechos, lo cierto es que la cultura ocupa un papel muy relevante. "Los aspectos sociales, culturales, y sobre todo de aprendizaje durante la vida tienen una influencia enorme. Por ejemplo, los hombres que practican sexo tántrico son menos genitales que la mayoría de las mujeres", concluye.